No cabe duda de que la fotografía nocturna bien hecha es sorprendente.
Nuestro ojo no está acostumbrado a ver igual que la cámara de fotos.
Por ejemplo no vemos los trazos de las estrellas, y tampoco vemos el resultado que ha producido la iluminación hasta el final. Por tanto el resultado suele ser sorpresa. Cuando empiezas a practicar y obtener algún resultado decente es muy gratificante.
Tenemos que ser muy cuidadosos con el enfoque, puesto que hay poca iluminación y podemos pensar que esta bien enofocada la imagen.
Estas dos fotos estan hechas en el Monte Arabí en Yecla, Murcia.