Una tarde mientras paseaba por la ciudad me detuve frente a un escaparate de instrumentos musicales y mirandolos me quedé pensando en la similitud que tienen con una cámara fotográfica: ambos no son más que instrumentos con los que se puede conseguir algo agradable, una bonita melodía o una bonita fotografía. La cámara de fotos es solo eso, un instrumento y no debemos darle demasiada importancia ya que lo que de verdad importa en una fotografía es la melodía visual que el fotógrafo sea capaz de conseguir con el instrumento que maneja: la cámara fotográfica.
¿Qué cámara escoger?
Si queremos realmente aprender fotografía y realizar correctamente fotos de paisajes, necesitaremos un cuerpo de cámara reflex con unas determinadas funciones básicas:
- que permita intercambiar los objetivos, para poder usar desde un gran angular a un teleobjetivo según nos interese.
- que permita hacer la exposición manual, para seleccionar la velocidad de obturación y el diafragma a nuestro gusto.
- que cuente con modo de medición puntual, para medir la luz en un determinado punto de la escena.
- Si lleva botón para previsualizar la profundidad de campo y mecanismo para levantar es espejo durante el disparo, mucho mejor. Al levantar el espejo evitamos vibraciones en la cámara, un punto a tener en cuenta.
Los objetivos
Como dice el refrán «cuanto más azucar, más dulce», cuantos más objetivos o distancias focales tengamos más posibilidades se nos abren. Yo llevo en mochila desde un gran angular de 17 mm hasta y teleobjetivo de 400 mm. Lo recomendable para empezar serían un zoom 24-70 (yo recomiendo este), 28-70 o 35-70 mm. y otro zoom de 70-200 mm. Para el profesional sería mejor un zoom 17-35 mm, un 24-70 mm, un macro, yn zoomm 70-200 o 80-400 mm, y un duplicador original. Es conveniente elegir buenos objetivos ya que la calidad de una buena lente es más importante que el cuerpo de la cámara, porque la luz y la imagen lógicamente se forman a través de la lente. Es conveniente al comprarlos tener en cuenta la distancia mínima de enfoque, ya que no es lo mismo enfocar desde 0,50 cm que desde 0,28 cm., pero esto traducido en euros es un coste bastante más elevado. Los objetivos con diafragma 2,8 son los más caros por su luminosidad y mayor calidad de las lentes. Pero estos diafragmas tan abiertos casi nunca se utilizan en fotografía de paisajes, por que lo más normal es que disparemos sobre el trípode asi elejir diafragmas intermedios f:8, f:11, f:16. para conseguir más profundidad de campo y que son diafragmas con mejor rendimiento que un f:2,8. De todas formas como decía lo que nos importa es el resultado final de la foto, y ahí intervienen muchos otros factores, a parte de las lentes y la cámara.
El trípode es el elemento principal del equipo del fotógrafo paisajista y no puede faltar en las salidas al campo. Tiene ser lo más firme y robusto posible, y que las patas puedan extenderse hasta quedar pegadas al suelo y la columna se pueda poner en posición horizontal, además con una buena rotula de bola ser posible. Es conveniente que con las patas totalmente abiertas sobrepase nuestra altura, ya que a veces nos encontraremos con desniveles pronunciados en el terreno y si es corto de altura no podremos hacer la foto o nos resultará muy complicado trabajar con comodidad.
Bueno, entonces lo principal del equipo ya lo tenemos: cámara, objetivos y trípode. Nos faltan solo algunos filtros y un flas por si necesitamos rellenar algunas sombras u otro tipo de iluminación más creativa. Yo recomiendo que no nos falten un polarizador, un ultravioleta o skylight que llevaremos siempre puesto para proteger la lente y un filtro degradado neutro. Hay fotógrafos que no utilizan ningún filtro porque producen una pequeña perdida de calidad. Otros filtros de efectos especiales como el de estrellas, arco iris o degradados de colores no son recomendables por los resultados demasiado artificiales y restan credibilidad a la imagen final. El skylight y el parasol siempre lo llevo puesto en la lente, para protegerla de arañazos o golpes fortuitos que son frecuentes cuanto estas liado trabajando en el campo.
Ejemplos prácticos con fotos comentadas
Filtro polarizador. Aumenta el contraste de un cielo azul con nubes, elimina los reflejos y los brillos en las superficies brillantes como el agua, en general satura más los colores, es ideal para potenciar los arco-iris, reduce la calima o neblina, es un filtro que “quita” un punto y medio de luz más o menos, lo que va bien por ejemplo para alargar la velocidad de obturación al hacer una cascada de agua.
Filtro degradado: Los filtros degradados llevan una parte oscura coloreada gris o de otro color, que va perdiendo intensidad suavemente hacía el centro del filtro, quedando la otra mitad totalmente transparente. Los hay con diferentes intensidades, que rebajan la luz en un punto o más. Se usa normalmente en los casos con mucha diferencia de exposición entre el cielo y el primer plano. Para saber la diferencias de luz y elejir el filro adecuado hay medir la escena con la medición puntal. Es recomendable comprar el sistema de filtro cuadrado que se deslizan por un soporte que se acopla al objetivo. Hay que decir que con la fotografía digital la función de este filtro se puede hacer en el ordenador. Ha sido y sigue siendo un recurso muy utilizado por experimentados fotógrafos de naturaleza como Galen Rowell que era un verdadero especialista usandolos.
Filtro cálido: Los filtros cálidos ayudan a suavizar los tonos azulados que se producen sobre todo en las escenas a la sombra. No es que se produzcan grandes diferencias en el tono de la imagen, pero si se aprecia la calidez de la escena. Esta es una cuestión de gustos de cada fotógrafo, por ejemplo yo prefiero las fotos con un ligero tono de calidez. Ahora con la fotografía digital esto es muy facil con el Balance de blancos.